viernes, 27 de enero de 2012

El último retrato





Un museo expone 200 retratos de 21 artistas judíos hechos en pleno nazismo


Sal Emergui | Jerusalén
Sus rostros expresan incredulidad y timidez. Sus ojos se fijan en algún punto abstracto e imposible. El papel transmite de forma escalofriante su tristeza. Es una angustia mezclada con un halo de esperanza. Unos momentos de luz en la oscuridad.

El retrato como vehículo único y desesperado para que la humanidad no les olvide. 70 años después, sus sentimientos siguen intactos. La vida, en este caso el régimen nazi, les aplastó con toda su crueldad. Muchos solo sobrevivieron en el dibujo.

Mientras el mundo conmemora el Día Internacional en recuerdo de las víctimas del Holocausto, el museo Yad Vashem de Jerusalén ha inaugurado una exposición con muchos rostros e historias perdidas. El arte en su expresión máxima. 200 retratos hechos por 21 artistas judíos en los momentos más bajos de la humanidad.



"El dibujo era su oposición intelectual a la barbarie", dice la comisaria de la muestra

Obras que perpetúan a los retratados y sus circunstancias. Dibujos que extraen por momentos a los autores de la pesadilla. En la mayoría de dibujos, son niños y jóvenes captados por una mano talentosa mientras esperan en algún rincón del gueto de Varsovia o en un vagón hacia las cámaras de gas.

El Museo del Holocausto muestra sus anónimas caras no sólo para recordar lo que sufrieron sino para encontrarlas. Dar un nombre, apellido, familia o dirección. "Los artistas consiguen captar los momentos trágicos antes de ser asesinados o detenidos. Todavía no hemos podido identificar unos 60 de los 200 retratos expuestos", indica a EL MUNDO.es la procuradora de la muestra Eliad Moreh-Rosenberg.

En la primavera de 1944, Eveline Calin (Siegler) era una joven judía rumana de 19 años. Su familia acababa de recibir a un grupo de huérfanos llegados de campos de concentración en la zona de Moldavia. Ante la fragilidad de los niños en estado de shock por perder a sus padres y hermanos en la Shoa, Eveline tomó una decisión. Dibujar sus rostros. Congelar la imagen para que nadie pudiera olvidarla. Tras casarse y trasladarse a Israel, Eveline entregó sus modestas pero valiosas obras a Yad Vashem.

Los únicos que sobrevivieron

Son los 'niños de Bucarest'¿Dónde están? ¿Están vivos? ¿Saben que sus retratos protagonizan una exposición en Jerusalén? Sólo se sabe -mejor dicho, se cree- que tres de ellos tenían entre 15 y 18 años en el momento del retrato. La chica y los dos niños quizás 10. La autora murió hace unos años y su marido vive en la ciudad de Haifa(norte de Israel). A diferencia del resto de las 200 personas retratadas, se cree que estos 'niños de Bucarest' sobrevivieron.

Como destaca la responsable de la exposición, los artistas usaron sus obras como terapia. "Estaban presos en guetos o campos de concentración en una situación diaria de vida o muerte. Dependían de otros. El hecho de pintar les devolvía el control de la situación aunque fuera una ilusión. Como no podían resistirse físicamente, el dibujo era su resistencia cultural. Su oposición intelectual a la barbarie", recuerda Moreh en Yad Vashem.

Establecido por una ley israelí en 1953 y remodelado hace unos años, busca perpetuar la memoria de los seis millones de judíos asesinados por los nazis.

Más allá del monumental Museo, se dedica a la documentación y educación. Y arte. Como el de estos y perpetuando algo más que rostros
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/01/26/internacional/1327606326.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario